Fuente: Grupo Reforma/AFP
Su cadáver se encuentra expuesto en una funeraria en el centro de La Habana donde permanecerá para rendirle tributo
La Habana, Cuba (14 julio 2003).- El cantante y compositor cubano Compay Segundo, de 95 años de edad, falleció la madrugada de este lunes en su domicilio de La Habana rodeado de sus amigos y familiares, informaron portavoces oficiales.
Compay Segundo, cuyo verdadero nombre era Francisco Repilado, murió debido a un "desajuste metabólico agudo con insuficiencia renal", de acuerdo a un informe médico reportado por la agencia estatal Prensa Latina.
Su cadáver se encuentra expuesto en una empresa fúnebre del centro de la capital, donde permanecerá hasta las 15:00 hora de Cuba (19:00 GMT), momento en que será trasladado a la ciudad de Santiago de Cuba, 900 kilómetros al este de La Habana, para recibir el homenaje popular en la provincia que le vió nacer.
Las emisoras de televisión iniciaron sus transmisiones con videos del popular músico mientras daban la noticia de su muerte a la población, que despertó sorprendida ante la novedad del fallecimiento del artista, pese a que se conocía su delicado estado desde hace unas semanas.
Hasta el momento no hubo reacciones en Cuba a la muerte de Compay Segundo, quien en vida recibió las máximas distinciones que concede el Estado a quienes se destacan por su actividad cultural.
"Su estado de salud sufría un deterioro sucesivo en los últimos meses debido al desajuste metabólico agudo con insuficiencia renal, que desencadenó un cuadro severo, que al impedir eliminar desechos tóxicos fue contaminando su sangre", explica el informe médico que da cuenta de los motivos de su muerte.
El artista era considerado un ícono en la música cubana desde hace varias décadas, pero su fama recién llegó fuera de fronteras en el ocaso de su vida, cuando en 1997 graba el disco "Buena Vista Social Club", producido por el estadounidense Ry Cooder, y gana un Premio Grammy en 1998.
Con el mismo título de su disco, el cineasta alemán Win Wenders filma luego un documental que promueve a Compay Segundo a los primeros planos del estrellato, en momentos que celebraba sus 89 años de vida.
Considerado en Cuba como el artista que devolvió al son a un lugar de privilegio entre la música bailable del Caribe, Compay Segundo se transformó en un símbolo de "cubanía" y sus canciones se escuchaban en gran parte de los actos oficiales, al ser asumido por el gobierno revolucionario como uno de sus célebres representantes.
Afable y de trato sencillo, el veterano compositor conoció el privilegio de tocar en los principales escenarios del mundo, como el Olympia de París y el Carnegie Hall de Nueva York, entre otros.
Su figura era fácilmente reconocible bajo un tradicional sombrero Panamá blanco, que nunca dejaba de usar, y que ofreció varias veces en subastas en La Habana para recaudar fondos para causas benéficas. El año pasado, un empresario español llegó a pagar 16 mil dólares por uno de sus sombreros.
Creador de melodías como "Chan Chan" y "Macusa", entre un centenar de composiciones, los sones entonados por este artista son requeridos a diario a los grupos orquestales que tocan en los hoteles de la isla, por los miles de turistas que ven reflejado en la música de Compay Segundo el son característico de Cuba.
Nacido en 1907 en Siboney, un pueblo del extremo oriental de la isla, el fallecido compositor vivió siempre acompañado por la música, pero para ganarse la vida trabajó como barbero y elaborando cigarros puros, al tiempo que integraba diversas orquestas y agrupaciones como guitarrista y clarinetista.
Su última presentación en público fue en febrero pasado, en el Auditorio Nacional de México, donde cautivó a los espectadores con su cancionero y su permanente humor.
Además de sus más de 100 canciones, Compay Segundo legó a las nuevas generaciones de músicos un nuevo instrumento diseñado por él, al que llamó "el armónico", una mezcla de guitarra y tres, de cuatro cuerdas, con el que se acompañaba para entonar sus reconocidas melodías.
"Su muerte deja un vacío irrecuperable en la música cubana, en la que permanecerán para siempre piezas como Macusa y Chan Chan, que han dado la vuelta al mundo. También quedará la imagen de su permanente sonrisa", señala la nota póstuma divulgada en la prensa oficial de Cuba.
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