Siempre he sido fanático de los Beatles
Por supuesto que podríamos culpara a la vertiginosa velocidad con la que hoy se nos bombardea de información, y por lo tanto a la facilidad de seleccionar entre la vasta variedad de artistas, marcas, grupos y/o productos que existen a nivel mundial.
A diferencia de hace algunos años, donde la mayoría de nuestras opciones venia solo de nuestro continente, hoy podemos “gustar” de lo que existe en otros países con un solo clic de mouse o presionando algunos botones en el control remoto. Pero esta misma situación nos ha puesto en un punto donde nuestras preferencias sean tan cambiantes como nuestras opciones.
Esta de más mencionar que hoy la mayoría del país se hunde en el fanatismo mundialista, hoy todos son fan de Cuauhtémoc Blanco, Giovanni DosSantos o cualquier otro jugador de la Selección Nacional. Hoy Sudáfrica está de moda, los cantos swahilis llenan el audio y el video (ya no se puede decir la radio y la televisión), y el Waka Waka de Shakira (pirateado) llena las delicias de los antros donde todo mundo aplica el baile ya predefinido para esta rola.
Pero ayer, muchos odiaban a DosSantos y a Blanco, muchos criticaban a Shakira y a su Loba, y muchos no se enteraban de lo que pasaba el ambiente futbolístico, pero todo eso hoy ESTA DE MODA y hoy “cambiaron temporalmente” sus gustos. Y el problema no radica en las modas, si no en la falta de apetito por conocer más profundamente aquello que nos gusta.
Las nuevas generaciones “degustan” la variedad de opciones, se quedan con pocas cosas y la mayoría de ellas las olvidan al poco rato. No estoy diciendo que debemos ser fanáticos “malpedo” de algo, pero sí que debíamos definir nuestros gustos.
Los mejores ejemplos que puedo encontrar de esto son David y Fabián, un par de amigos jóvenes (18 y 17 años) que de plano navegan en dos océanos al mismo tiempo:
1.- David es EmoSatanico (dígase de aquellos que gustan de la poesía amorosa y melancólica, pero también son de “religión” Satánica”) el jura que lo satánico y el metal (trash, hardcore, etc..) es lo suyo, sin embargo se la pasa escribiendo poemas de amor y abandono a causa de su novia (o como se le pueda llamar), #SufreComoPrecious (en jerga tuitera).
2.- Fabián es el niño contestatario, en contra de todo lo que signifique autoridad, escucha grupos como Cartel de Santa, y piensa que Las Placas (Policías) son unos “Cerdos”, y por el otro lado escucha a Wysin&Yandel y su revolución reggaetonera (sin comentarios)
Y el problema de esto es que así navegan por la vida, no tienen un lugar específico y por supuesto no tienen una ideología determinada. Y son representativos de muchos jóvenes que hoy en día viven confundidos por el exceso de opciones que hacen que el camino al futuro sea extremadamente sinuoso.
En los jóvenes podría entenderse y hasta disculparse ¿pero qué sucede con los que ya estamos grandecitos? ¿Qué pasa con aquellos que ya deberíamos saber lo que queremos de la vida?, ¿Por qué hoy los adultos estamos “recomponiendo” nuestros gustos y opciones?. Tal vez nos estamo s dejando arrastrar por las olas de la tecnología, o simplemente queremos “rejuvenecer” persiguiendo modas.
¿Y tú de que eres fanático?
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